Para este diseño, Jessica Rosenkrantz y Jesse Louis-Rosenberg han diseñado este vestido formado por pequeñas piezas en triángulo que están engranadas por clavijas. Además, otra peculiaridad es que el vestido era muy grande para ser impreso a lo largo, por lo que ha sido impreso en bloque y limpiado de impurezas y restos después.
En el vídeo sobre la producción del vestido se ve el proceso que han seguido los diseñadores y los profesionales de darle forma mediante el proceso de impresión 3D, que tardó 44 horas en imprimirlo entero y que ha sido adquirido por el museo MOMA de Nueva York para su colección permanente.
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