Las mejores leyendas urbanas sobre videojuegos
Las leyendas urbanas son una constante en el imaginario colectivo, desde cuentos de terror hasta historias inverosímiles. El boca oreja ha sido siempre su canal, hasta la llegada de Internet y también los foros. Las nuevas grandes industrias culturales, como los videojuegos, son la nueva muestra de estos cuentos. Pese a tener como producto de éxito no más de treinta y cinco años, los videojuegos se han convertido en el principal reclamo y hogar de estas leyendas, y las hay de todo tipo. Desde la máquina arcade que el Gobierno estadounidense utilizaba para recabar datos a través de ataques epilépticos hasta aquella gran historia en la que Atari enterró millones de juegos en un desierto de Estados Unidos tras el fracaso de E.T. The Extraterrestial.
Polybius: La leyenda de las leyendas
Un juego que nunca existió pero como si lo hubiese hecho. Polybius es la leyenda urbana más importante en el mundo de los videojuegos. Lo tiene todo para ser una historia redonda. Es lejana en el tiempo, 1981, es norteamericana, los efectos en los niños eran abrumadores y el Gobierno podía estar metido.
Polybius se lanzó a principios de 1981. Era una máquina arcade tradicional y se lanzó al mercado por Sinneslöschen (en alemán un vocablo similar a “borrar”). Se dice que solamente siete fueron las máquinas que se distribuyeron por algunos locales de Portland. El mueble era negro y contaba con un único botón y un joystick. Su estilo de juego era similar a la recreativa Tempest (1980), pero contando con un amplio abanico de colores chillones y sonidos estridentes. Se empezó comentando que los niños que jugaban acababan odiando los videojuegos, pero era algo más siniestro.
Apenas treinta días estuvo en los salones recreativos, tiempo que aprovechó, provocando con sus sonidos sintetizados y sus gráficos vectoriales brotes epilépticos, mareos, náuseas, alucinaciones, pesadillas y pérdidas de memoria. Había usuarios que aseguraban ver caras terroríficas y mensajes subliminales además de escuchar voces ininteligibles y gritos de dolor... Al mes, un niño murió de un ataque epiléptico. Al día siguiente ya no había máquinas, pues decían que unos hombres de negro se las habían llevado, probablemente agentes del Gobierno de Estados Unidos. Una historia perfecta. Y falsa.
Los juegos de E.T. Enterrados en Nuevo México: Una historia real
En un soberbio documental, Atari: Game Over, se descubre la realidad de la leyenda urbana de videojuegos más importante junto a Polybius. Zak Penn se encargó de buscar los supuestos videojuegos de E.T. que Atari enterró en una zona de Nuevo México tras el descalabro que supuso la crisis del 83. Haber vendido más de un millón de copias en la época era mucho, pero en Atari pensaron que arrasaría mucho más, por lo que fabricaron millones de más. En este documental, Penn atiza a la propia leyenda urbana que siempre se ha creído y a nosotros, los jugadores, por tratar como el peor de la historia a E.T. The Extraterrestial. El documental, que entrevista a grandes personalidades de la época como Nolan Bushnell o al fanático escritor Ernest Cline, trata de sensibilizar a los seguidores respecto a Howard Scott Warsha, creador del videojuego que supuso la crisis del 83. ¿Qué ocurre al final? Mejor será que lo descubras.
Lara Croft desnuda en los primeros Tomb Raider
Sin duda el personaje femenino más importante de la industria y uno de los que más pasiones ha levantado durante los veinte años que lleva entre nosotros. El primer Tomb Raider (1996) nos convertía en una feroz arqueóloga que recorría Italia, Perú y Egipto en busca del Scion, un objeto mítico de los Atlantes. Pues bien, este videojuego ya clásico guardaba un secreto bien escondido: Poder jugar con Lara Croft totalmente desnuda. Hay que sumar varios factores, y son los años noventa, con Internet apenas empezando a marchar (una industria con un público todavía más joven que el de ahora); y la pasión ardiente por todo lo que sonase a Tomb Raider y a Lara Croft. Si visitas Yahoo respuestas podréis pasar un buen rato leyéndolas, pero lo adelantamos ya. No existía manera de jugar con Lara Croft desnuda. Ninguna manera lícita y oficial. Y es que aquí es cuando nace ese afán de los jugadores por retocar algunos colores y formas de skins ya disponibles, para imitar el efecto de una mujer desnuda, estando vestida.
Algo parecido ocurrió con el final de Tomb Raider II, donde Lara se despedía de nosotros muy poco amistosamente justo antes de quitarse el albornoz y entrar en la ducha. Recorrieron las redes y los institutos el rumor de que se podía ver una escena alternativa en la que no disparaba hacia la cámara. Se decía de acabar el juego sin morir, de encontrar todos los secretos y matar a todos los enemigos sin perder vida, etc. Pero era imposible, el ansia del adolescente medio no tendría final feliz.
Killswitch, el juego que se borra solo
Karvina Corporation lanzó en 1989 Killswitch, un videojuego que gozó de mucha fama en Estados Unidos, (pese a que sus creadores eran de Europa del este). Con gráficos pobres y en blanco y negro, se nos mostraba a Porto, una mujer y un fantasma llamado Ghast. La estética, más cercana a productos actuales como Silent Hill, bebía de influencias propias de Lovecraft o Poe, algo llamativo para un videojuego de esa época. ¿Qué hacía de Killswitch un juego digno de una leyenda urbana? Pues que se borraba cada vez que un usuario lo terminaba. No era recuperable y todos los rastros de su existencia se eliminaban del ordenador. Su propósito era existir para quienes lo jugaban y, luego desaparecer. Es algo irónico que el supuesto juego nos dejara escoger entre la humana Porto y el fantasma Ghast, pues nunca terminaríamos el juego con los dos personajes. Karvina imprimió unas cuantas miles de copias, asegurando que no habría segundas oportunidades. Se dice que la última copia existente conocida la compró un japonés, Yamamoto Ryuichi, por más de 700.000 dólares. Ahí es nada.
La resurrección de Aeris en Final Fantasy VII
Aquí tenemos más derroches sobre la serie japonesa. La resurrección de Aeris. Suponemos que tras diecinueve años nadie se va a llevar las manos a la cabeza por el spoiler. Aeris muere en un momento cumbre de Final Fantasy VII y medio mundo se volvió loco. El título que abrió con éxito la saga en occidente nos quitó de encima de un sablazo a uno de los personajes con más peso argumental del videojuego. Si en Google decidimos buscar algo al respecto nos puede asombrar la cantidad de “trucos” y apaños que hay para que siga viva.
Entre los conspiranoicos existen varias teorías, desde que hay que llegar al nivel 100 en el primer disco hasta no escogerla nunca, así no tendrá la oportunidad de morir. La realidad, como en tantos casos de videojuegos que han sido éxito, es que no existe forma de resucitar a Aeris ni tampoco de salvarla de su desastroso destino. Tan sólo hay que ver la continuación oficial de Final Fantasy VII, Advent Children, para saber qué es lo que ocurrió para sus guionistas.