América Latina: diagnóstico completo del estado de situación tecnológico
El éxito de la incorporación de América Latina y el Caribe a la era digital queda más que patente en las cifras que entrega la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) en el estudio titulado “La nueva revolución digital”. A partir de 2003, y en poco más de una década, “se duplicaron con creces los usuarios de Internet, que ya alcanzaban el 60% de la población en 2016”, destaca el documento. En esta última fecha había 700 millones de conexiones a teléfonos móviles, con más de 320 millones de usuarios únicos y muchos de los países de la región eran, y siguen siendo, de los que más redes sociales usan del mundo.
“Se está pasando de una Internet centrada casi totalmente en el consumo a una Internet del consumo y la producción”, señala el informe. Mario Castillo, jefe de unidad de innovación y nuevas tecnologías de la CEPAL, en Chile, lo corrobora y explica: “La región ha convergido muy rápido en términos del acceso a los bienes digitales -que forman parte de los consumidores de la región— y ahora la fase que viene es cómo la nueva tecnología asociada a la Internet más industrial ya no sirve solamente desde el punto de vista de los consumidores finales, sino de una capacidad de utilización de esa tecnología en los sectores industriales productivos de la región. Ese es el gran desafío para los próximos años”.
En este contexto, Castillo señala que la región “se encuentra inmersa en un proceso de adopción de tecnologías plataforma, es decir, tecnologías sobre las cuales se pueden implementar procesos de mejora y modernización productiva y tecnológica”. Teniendo esto en cuenta, él considera que “el desarrollo de plataformas de computación en la nube en la región debería acelerarse este año, tanto por el desarrollo de la oferta de servicios de proveedores que ya tienen presencia en la región, como por la llegada de nuevos servicios a nivel internacional”.
En segundo lugar, también debería consolidarse el desarrollo de los servicios de analítica de grandes datos o big data, “pero circunscrito principalmente a grandes industrias de la región que tienen una presencia internacional importante”. El señala que el sector de los servicios financieros ya ha entrado en esta etapa, “pero hay otras industrias asociadas a los recursos naturales, principalmente en América del Sur, que están incorporando big data; también las industrias más manufactureras que tienen un desarrollo muy importante en países como Brasil, México o Argentina”. Lo que se observa, asegura, “es una combinación de oferta internacional de aplicaciones de analítica de grandes datos, pero también de ciertas capacidades regionales que tienen que ver con la posibilidad de aplicar big data a industrias verticales propias de la región, como la minería, donde los problemas son muy locales”.
Castillo añade que la tercera tendencia que florecerá este año en la región es la Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). “Si bien está concentrada a nivel de grandes empresas también se está abriendo a otros sectores. Hay un desarrollo de IoT principalmente asociado a industrias globales que operan en la región y usan estándares internacionales, sobre todo empresas que tienen un alto grado de automatización, pero el IoT se va a empezar a difundir no solo a empresas altamente automatizadas. Algo interesante es que varias industrias, como empresas de telecomunicaciones, están realizando alianzas con plataformas de IoT en la región, lo que permite poner soluciones a disposición de los distintos usuarios”.
Los expertos señalan que otros desarrollos tecnológicos destacados a nivel internacional, como la robótica, la tecnología blockchain o los coches autónomos tardarán más en extenderse por la región. A pesar de ello, estas tecnologías llegarán tarde o temprano porque “los usos de blockchain son cada vez más claros (desde banca, seguros, notarías, etc.) y más evidentes en los entornos profesionales”. En su opinión, la robótica está siguiendo pasos similares
Todo lo relacionado con la realidad virtual es también un campo en el que América Latina podrá jugar un rol importante. “El desarrollo técnico y gráfico que requiere esta técnica es algo en lo que muchos estudios del cono sur (antes dedicados a la animación gráfica) vienen trabajando desde hace tiempo y que posiblemente culmine con resultados destacables en los próximos tiempos”, dice Castillo, y agrega que la “realidad virtual es probablemente el campo tecnológico más prometedor. También creo que el uso de nanotecnología en medicina podrá traernos una revolución en ese sentido”.
Los expertos advierten de que una lenta incorporación a la última revolución digital tendría serias consecuencias para el desarrollo económico y social de la región y que para evitarlo habría que atender varios puntos urgentes. Castillo destaca, en primer lugar, la necesidad de asegurar la manutención de los niveles de inversión asociados a la conectividad, “sobre todo los temas de desarrollo de red de conectividad de nueva generación y de corto alcance asociados a este tipo de aplicaciones de IoT”. Se ha avanzado en inversiones en infraestructura, dice, “pero es necesario mantener el ritmo de inversión y aumentarlo para tener una infraestructura que de sustento a este tipo de aplicaciones porque sin ella es imposible avanzar”.
En segundo lugar, la formación de los recursos humanos es otro asunto crucial. El experto de la CEPAL comenta que es requisito indispensable contar “con gente que pueda manejar estas nuevas plataformas tecnológicas y pueda localizar aplicaciones en industrias que son significativas en la región”.
Por otro lado, también es fundamental el fortalecimiento de una oferta de empresas tecnológicas que provean estos servicios a la economía, así como “la generación de incentivos desde el ámbito público para que los segmentos empresariales más importantes puedan adoptar estas tecnologías”, destaca Castillo, quién añade que esto requiere “mecanismos de facilitación y de apoyo de modernización productiva, porque finalmente estas tecnologías se incorporan a partir de un proceso de modernización en el interior de las empresas y eso requiere financiamiento”.