El pasado 20 de mayo, Fundación Proydesa lanzó una encuesta de opinión con el fin de conocer los aspectos más relevantes de la participación de las empresas en los polos tecnológicos. La encuesta, basada en una serie de seis opciones cerradas, arrojó resultados sumamente interesantes.
En principio, estos resultados marcan dos tendencias muy claras: las 3 opciones más votadas superan en un 184% a las 3 menos votadas, alcanzando un 74% y un 26% respectivamente.
Simplificando el análisis, podemos expresar que el grupo mayoritario se sustenta en tres grandes ejes: empleo, I+D y capacitación.
Es decir, una forma de alcanzar, a través de procesos de capacitación de excelencia acompañados de instancias de investigación y desarrollo, el mayor logro de nuestra comunidad: su introducción en los empleos del sector de las TICs.
El segundo eje —el de menor participación porcentual en conjunto— expresa la necesidad de contar con infraestructura edilicia adecuada a la actividad, aprovechamiento de las ventajas impositivas y una coordinación del sector para participar en forma competitiva con sus productos y servicios en los mercados externos.
Se debe destacar, por cierto, que en nuestra realidad económica estas variables son, en gran medida, aportadas por el mercado global; sin embargo, no es menor el aporte realizado desde la estructura de los polos tecnológicos.
Luego de este primer análisis, y como concepto integrador, podemos destacar que: El núcleo de los resultados refuerza la idea de que las estrategias de desarrollo de las TICs deben contemplar aspectos relativos a la información y el conocimiento. Hoy, la comunidad educativa del sector se sabe inmersa en una "economía de novación perpetua y acelerada". Los polos —y en general todas las redes— que cumplan con estos fines serán considerados como el modelo más relevante, asociado al paradigma tecnológico-social y económico.