Las redes sociales son objeto de controversia dentro de los círculos pedagógicos en torno al interrogante acerca de si deben o no incluirse como herramientas educacionales válidas.

¿Deben los docentes sumar como “amigos” a sus alumnos? y otros cuestionamientos inundan los contextos educativos. En el caso de la encuesta que publicamos, nos enfocamos en uno de esos cuestionamientos, dirigiendo el debate a la consideración sobre la adecuación de las redes sociales al proceso enseñanza – aprendizaje.

Las redes sociales ¿pueden ser, al mismo tiempo, redes “educacionales”?, es decir, aparte de los usos obvios sobre crear una comunidad, compartir links interesantes y recordar fechas de exámenes, tareas, etc., ¿existen otras variantes?

Casi el 46% de nuestros consultados confían en que las redes sociales pueden verdaderamente representar un soporte didáctico, al tiempo que el 23,5% prefiere reservar a las redes sociales todo lo referido al ocio y la información,  otro 27% relega su potencial como herramienta educacional a un uso complementario u optativo de comunicación fuera de clase, mientras que sólo un 4,2 % no tiene idea alguna sobre cómo podrían aplicarse.

Los resultados son sorprendentes, porque la mayoría de las respuestas incluyen cierta aprobación a las tareas y ejercitaciones que pueden canalizarse a través de las redes sociales. Esto representa un reconocimiento del potencial como herramienta educativa, y una oportunidad para aceptar el rol positivo que pueden empezar a jugar.

Hoy los estudiantes son socialmente creativos y están interconectados por medio de estas redes. Este es un dato que los educadores y diseñadores didácticos no deben dejar pasar a la hora de diseñar estrategias de aprendizaje que se adecuen a los nuevos estilos de vida. A su vez, las políticas de Estado relativas a incorporar tecnología al aula impulsan a docentes y directivos a ejercitar la creatividad en torno a las redes sociales y demás entornos virtuales.

Pero para que esto sea posible, es importante que los docentes cuenten con la mayor información posible antes de tomar la decisión de incorporar “social networking” como herramienta educacional a los procesos e interacciones con su clase.

Algunas estrategias utilizando Twitter, por ejemplo, pueden incluir ejercicios imaginativos en torno a qué escribirían personajes históricos, formación de “familias” de tweets investigando y siguiendo los “hashtags”, resumen de artículos en forma de tweets, creación de historias colaborativas, establecimiento de debates u opiniones sobre un tema, etc. Y otras estrategias utilizando Facebook pueden incluir tareas de investigación, sondeos, creación de páginas para actividades en equipo, creación de flashcards para memorizar conceptos, etc.

Los docentes, directivos y decisores en general frecuentemente temen a los problemas de conducta que puede ocasionar el uso de redes sociales en el aula, pero la omnipresencia de estos canales en la sociedad obliga a reexaminar políticas y prácticas de manera de utilizarlos fructíferamente en el proceso enseñanza-aprendizaje.