El mercado de IT no tiene a nuestro país sino al mundo como frontera, y esto se demuestra en múltiples ejemplos como la tecnología nuclear, la biotecnología, la industria de los videojuegos, y para cerrar esta enumeración rápida, también en el terreno del diseño, a través de la creatividad de los diseñadores locales.
Cada una de las empresas de este mundo inicia su propia “búsqueda de talentos”. Desde el punto de vista formativo, podemos decir que, anteriormente, el concepto de “talento” incluía la habilidad o capacidad de realizar una tarea. Lo que en el mundo laboral se expresa con el término “competencias”, habitualmente vinculado al mundo de las certificaciones.
Actualmente el “talento” debe incluir, en nuestra visión, no solo conocimientos, sino experiencias personales, razonamiento, inteligencia, y fundamentalmente, actitud, carácter y motivación constantes, que forjarán un plus de crecimiento personal y de la organización para la cual trabaje.
Si el “talento” es un conjunto de cualidades profesionales y personales que concluyen en la capacidad, la creatividad y la acción, entonces debe multiplicarse con el compromiso diario.
Cualquier organización o emprendimiento busca “cazar” talentos, pues ese capital humano que posean, constituirá la diferencia y el valor agregado que permite alcanzar el éxito, en el marco de un mercado global, creciente, de ritmo creativo e innovador, que necesita imperiosamente de la adaptabilidad a los cambios.