Nuestra última encuesta “¿Cuáles son las habilidades más valoradas en un profesional de DBA?” dio resultados heterogéneos: Por un lado, la mayor porción de los participantes cree que lo que convierte a un DBA en un mejor profesional es conocer en profundidad sobre bases de datos, desarrollo de aplicaciones y administración de sistemas/servidores, otra importante porción cree que el factor apremiante es la disposición a capacitarse y renovarse continuamente, y otros piensan que los mejores DBA son aquellos que asumen un rol integral de comunicación, administración y resolución de problemas.
Un porcentaje menor se lo llevaron quienes creen que los administradores de bases de datos más valiosos son los que se definen por su habilidad para entender los procesos que exceden lo meramente técnico en una organización. Y en último lugar, se ubicaron quienes confían que la clave está en la capacidad de seguir las tendencias de la industria.
Sin lugar a dudas, el conocimiento y el entrenamiento práctico lideran las opiniones sobre el aliciente ideal para el desempeño laboral en cualquier disciplina. Esto, sumado a la constancia en la capacitación y la propensión a actualizarse son considerados como indudables valores. Pero el diferencial que hoy está siendo invocado por los expertos en reclutar profesionales es la capacidad de asumir una visión integral, dirigida a comunicar y resolver.
Hoy en día, un profesional que administre bases de datos o maneje lenguajes de programación asociados a esta clase de tareas, debe ser consciente de que más allá del estudio, aún le resta mucho por aprender de la organización en la que se desempeña, del equipo al que necesita nutrir de información, de los destinatarios de las soluciones que puede imaginar para los distintos problemas, etc.
Los factores contextuales y la visión global son esenciales. No es lo mismo un tecnólogo aislado y poco permeable a la realidad institucional que un DBA verdaderamente integrado a las dinámicas de gestión y que aplique metodologías basadas en la calidad y la administración de riesgos.
Un administrador de bases de datos debe mostrar solidez en lo que respecta a su responsabilidad (la de mantener y operar las bases de datos que conforman el sistema de información) y también flexibilidad para atender necesidades específicas y de lo más variadas.
Junto a estudiar carreras oficiales y asumir caminos hacia la certificación internacional, trabajar la actitud integradora parece ser la mejor inversión.