Conocemos al Teletrabajo como una modalidad de trabajar que une la vida familiar y laboral, creando un trabajador con mayor responsabilidad.
El teletrabajo permite poder desempeñarse laboralmente en un lugar diferente a la oficina, utilizando las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) , por lo que no se requiere la presencia del trabajador en un puesto fijo. Las redes convergentes de datos y las plataformas de comunicación para reuniones virtuales fortalecen el trabajo en grupo al igual que la telefonía IP, todo ello sin desplazamientos físicos.
Esta modalidad creará nuevos paradigmas laborales, sustituirá el concepto de “obligación horaria” por el de “responsabilidad en el cumplimiento de objetivos”, evitará desplazamientos en los llamados movimientos pendulares demográficos en las grandes ciudades, disminuyendo la emanación de gases tóxicos.
Otro punto interesante, es la posibilidad del teletrabajo para personas con distintos grados de discapacidad, a quienes se les dificulta en numerosas ocasiones la movilización hacia el lugar de trabajo. Esto permite la total utilización de sus competencias profesionales pudiendo trabajar de manera colaborativa con expertos en distintas áreas de un mundo cada día más globalizado tendiente a fomentar la integración social.
En estos aspectos relacionales, se promueve la comunidad mediante el uso de Internet, creando un ambiente laboral de interacción y liderazgo, donde todos viven como propios los objetivos organizacionales.
Por todo esto, en Fundación Proydesa adherimos a la Propuesta de proclamar el 16 de septiembre como el Día Internacional de la Promoción y Protección del Teletrabajo; coincidentemente con la fecha del Día Mundial para la Conservación de la Capa de Ozono. Esta iniciativa, que cuenta con la adhesión de países como Argentina, Republica Dominicana, Costa Rica, Brasil, Italia, Colombia, México y Ecuador, considera que al reducir el uso del transporte, el teletrabajo hace un aporte esencial al cuidado y protección del medio ambiente disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sabemos que los cambios se hacen y profundizan en el mediano y largo plazo y esto requerirá un proceso de adaptación por parte de la sociedad global y de un cambio estructural en la cultura organizacional. Esta nueva modalidad de trabajo no es solo una expectativa; economías centrales ya la han adoptado y su incorporación en todos los países (respetando las normas locales) es un hecho que mejora la calidad de vida de los trabajadores y la competitividad de las empresas.