Rumania y su fascinante crecimiento basado en Tecnología
Hace poco te contamos como Estonia, un joven país de Europa del este había resurgido gracias a la tecnología y ahora te presentamos otro ejemplo similar pero con matices más interesantes: Rumania, conocida por el dictador Nicolae Ceaucescu y el conde Vlad Drakul, que inspiró el Dracula de Bram Stocker.
Lo cierto es que este país, cuya capital es Bucarest, está considerado uno de los países más prominentes para el desarrollo de “startups” tecnológicas del mundo. Después de décadas de comunismo no le fue fácil reacomodar su economía y mantuvo un bajo perfil internacional, pero gracias a su desarrollo IT está resurgiendo con fuerza y ganándose un lugar en el concierto de países europeos.
Rumania ingresó a la Unión Europea en 2007 y actualmente es la economía del viejo continente que más rápido crece después de Irlanda. Tiene 170 emprendimientos tecnológicos activos liderados en su mayoría por jóvenes de entre 25 y 40 años.
Uno de los factores claves para este desarrollo es la alta velocidad de la conexión a Internet. De acuerdo a un informe de la compañía Akamai sobre el estado de situación de la web en Europa, Rumania tiene la mayor tasa de velocidad con un promedio de 57.7 Mbps, siendo la sexta en el mundo (Estados Unidos está en el puesto 17 para comparar).
La forma sobre cómo llegó a este logro es fascinante: como en los 90 con la caída del Muro de Berlín las telefónicas ofrecían una muy pobre conexión, varios emprendedores comenzaron a montar redes de fibra de baja escala utilizando cables aéreos. Mientras el resto de Europa occidental hacía enormes esfuerzos para actualizar su vieja estructura de cables de cobre, Rumania, Estonia y Bulgaria saltearon esa etapa e ingresaron directamente a la fibra óptica.
Esto produjo que muchos jóvenes de la generación “Milenial” crecieran con una facilidad de acceso a Internet que no tuvo lugar en otras partes del mundo. Otro dato excepcional es la cantidad de mujeres que trabajan en tecnología. Rumania es el tercer país que tiene más mujeres trabajando en IT con el 29%, solo superada por Estonia y Bulgaria.
“Esto es un legado previo a la revolución donde muchas mujeres necesitaron trabajar para mantener a sus familias” dice Alexandra Anghel, co fundadora de Appticles, una aplicación mobile. “Bajo el comunismo era mandatorio para las mujeres tener un trabajo porque muchas de ellas fueron criadas con madres cabeza de familias”.
Anghel trabaja por todo el mundo para fomentar el ingreso de más mujeres a la Tecnología y sostiene que si bien existe un prejuicio machista, destaca la labor de ONGs como “Girls Who Code and Codette” que hacen un trabajo impecable para romper estas barreras.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Los rumanos tienen una cultura del ahorro muy arraigada dado que la fluctuación económica del comunismo los obligaba a prepararse para los malos tiempos, por eso es muy difícil encontrar capital de riesgo local interesado en invertir.
Anghel también aporta un dato clave sobre el sistema educativo: “los norteamericanos son muy buenos para la venta y tienen una educación acorde a eso, pero nosotros fuimos educados para ser desarrolladores y en eso somos mejores”.
En definitiva, estamos en presencia de un país que supo aprovechar lo mejor de su pasado –una educación basada en la ciencia-, pero también olvidar lo peor y arrancar de cero –como su vieja infraestructura de telecomunicaciones- para crear un ecosistema que parce apoyarse en la industria tecnológica para sacar el país adelante.