Fundación Proydesa, a través del Instructor Regional Daniel Constán, participó de las capacitaciones en la Sede de Furukawa Electric de Curitiba, Brasil
Furukawa Electric, dentro de su área de capacitación, tiene a Fundación Proydesa como Centro de entrenamiento Autorizado en Argentina para sus carreras de “Data Cabling Systems”, “FCP Master” y “FCP Fibra Óptica”.
En la oferta educativa de la empresa, se encuentran los entrenamientos de FTTH, Laserway y Data Center, los cuales están desarrollados para entrenar a Integradores, responsables del diseño e implementación de las tecnologías antes mencionadas.
El Instructor Regional Daniel Constán fue seleccionado, junto a otros tres Instructores de Latinoamérica, para realizar estos entrenamientos.
Esta decisión vuelve a jerarquizar la Alianza Estratégica de Fundación Proydesa con Furukawa Electric, favoreciendo el crecimiento y la comunicación entre ambas organizaciones.
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Utilizan routers comunes para crear hologramas 3D
Un equipo de físicos de la Universidad Técnica de Munich ha desarrollado un método para crear hologramas de tres dimensiones con simples routers de Wi-Fi. Los científicos señalan que la imagen también se consigue así se “observe” a través de muros de concreto, aunque en estos casos, las imágenes resultarían más borrosas. Esta tecnología permitiría, por ejemplo, encontrar personas perdidas luego de un derrumbe, u objetos en un depósito. El holograma Wi-Fi se puede obtener con velocidades de 10 tomas por segundo, los cual permitiría ver los cambios en la dinámica del área de búsqueda. La investigación fue publicada en el journal Physical Review Letters, con un resumen en Physics.
Tradicionalmente, para el estudio de espacios tridimensionales, se ha utilizado tecnología de radares, pero estos instrumentos necesitan un amplio rango para la longitud de la onda de la radiación. Sin embargo, la radiación de los routers de Wi-Fi, medida en GHz, por el contrario, tiene un ancho de banda bastante angosto, además de estar ampliamente distribuido. Ya antes se realizaron intentos de crear radares basados en radiación de GHz, pero su aplicación exige de un equipo adicional, como por ejemplo, antenas de Wi-Fi que direccionen la radiación. Este método se utiliza actualmente para diferenciar figuras de personas de objetos metálicos (laptops, etc.).
Los autores del nuevo trabajo desarrollaron un sistema de holografía basados en un routers Wi-Fi estándar (TP-LINK Archer C20, 5 GHz, y Google Nexus S, 2.4 GHz, ambos en modo de punto de acceso inalámbrico). El router actúa como fuente de la señal, “iluminando” la habitación (2x3 metros). En el otro lado del espacio, los científicos colocaron una antena-receptora que se desplazó por la habitación con la ayuda de un carrito. Adicionalmente, la habitación tenía una antena estacionaria que se utilizó como control para la medición de la señal.
Cuando se analizó la información, los investigadores recopilaron no solo la señal que llegó a la antena receptora, sino también los múltiples reflejos de esa señal en la señal obtenida de los objetos alrededor. Esto permitió reconstruir una estructura completamente tridimensional de la habitación. El modelo teórico demostró que, aplicando el mismo método, se puede obtener un holograma en una habitación más grande (como un depósito de 20x17x12 con anaqueles metálicos), así la fuente de “iluminación”, el router, se haya distribuído en varios pisos.
El mayor problema de este método es la baja velocidad del escaneo. Esto se puede resolver utilizando una distribución de antenas bidimensionales en vez de una sola. Con ello, la velocidad del escáner podrá aumentar a 10 cuadros por segundo con una resolución de 1 megapíxel cada uno.
Usualmente, para observar objetos escondidos, se utilizan fuentes de radiación de más alta frecuencia, medida en THz, con la que se pueden “observar” cables. Sin embargo, uno de los problemas principales de esta radiación es la falta de fuentes y receptores compactos.
Las 4 barreras que Internet de las Cosas tendrá que derribar
Lograr que el Internet de las Cosas sea una realidad tan cotidiana como la que estiman los expertos pasa, en gran parte, por superar cuatro barreras principales que lastran, hoy por hoy, el desarrollo de esta prometedora tecnología.En primer lugar, los analistas destacan la privacidad, ya que las personas tendrán que afrontar un cambio de mentalidad muy importante para ser realmente conscientes de qué tipo de datos proporcionan en su día a día y cómo éstos son utilizados por las compañías.
«Cuando acepten las condiciones de uso, deberán tener en cuenta a qué tipo de permisos están accediendo y forzar a los proveedores de la tecnología a una mayor transparencia», indican desde la firma de investigación McKinsey. Andrea Siviero, experto europeo de IDC para temas relacionados con el Internet de las Cosas, confirma que la privacidad es una importante traba al crecimiento del IoT, «incluso siendo la principal preocupación en varios países».
El segundo gran reto en que coinciden todos los actores que ya están metidos de lleno en esta carrera es la interoperabilidad. Y es que, sin una mínima estandarización, la convivencia de millones de dispositivos diferentes, con fabricantes diversos y tecnologías claramente heterogéneas puede ser un auténtico caos.
Según McKinsey, se necesitará interoperabilidad para aprovechar todo el valor potencial de las aplicaciones del IoT, ya que sólo de este modo se desbloquearán más de cuatro billones de impacto económico en 2025, que ahora mismo se esconde tras estos problemas de estandarización. En la misma línea se pronuncia Ismael Sancha, responsable de movilidad en Accenture Digital, quien resalta que «no hay un solo actor en la cadena de valor que pueda cubrir todos los casos de uso, por lo que necesitaremos conectar sensores de las ciudades con los de las entidades privadas y usuarios finales. Sin estandarización eso será imposible».
En relación con los dos aspectos anteriores no podemos obviar la relevancia de una adecuada regulación para que el Internet de las Cosas pueda explotar definitivamente. Ricardo Aguado, director de Plataforma Tecnológica en Minsait, la unidad de transformación digital de Indra, explica que «todavía hoy existen muchas lagunas sobre qué se puede hacer o de quién es la responsabilidad, sobre todo cuando los dispositivos empiezan a tomar decisiones por sí solos, como con el coche conectado o los asistentes virtuales. La tecnología va por delante y forzará que se vaya estableciendo un marco legal en este terreno».
No se trata de la primera (y seguramente tampoco de la última) tendencia tecnológica que se adelanta a la normativa de su tiempo, al igual que tampoco es extraño que un paradigma de reciente creación como este se enfrente a unos cimientos muy poco desarrollados sobre los que sustentarse. Hablamos de la cuarta barrera en la que coinciden todos los expertos: la falta de infraestructuras de conectividad que puedan gestionar los miles de millones conectados que se estiman para los próximos cursos. «Este es un reto estructural para todos los países, ya que se debe hacer una inversión muy fuerte en redes y sistemas TIC que hoy por hoy no existen», declara Siviero.
A su vez, desde Accenture resaltan que la conectividad será esencial en el futuro del IoT, pero que, más allá del despliegue de nuevas redes, la receta del éxito estará en «usar los protocolos adecuados en cada cliente, ya que hay muchas tecnologías diferentes con anchos de banda y consumos energéticos muy diversos que servirán a casos de uso concretos», indica IsmaelSancha. Identificar cuáles serán esas aplicaciones más adecuadas para cada protocolo es otra misión para la que proveedores, empresas y usuarios finales todavía están tratando de prepararse.