Las predicciones tecnológicas de Oracle para 2017
El mundo está migrando hacia la nube; el 2016 fue un año importante para la consolidación del Cloud Computing y con la llegada del 2017 se espera que más empresas se muden a esta tendencia, destinando más recursos a la innovación y aprovechando las ventajas del uso eficiente de la tecnología.
Gracias a la consolidación del mercado digital en el 2016, son cada vez más las compañías que operan bajo esta nueva “economía digital” como un modelo que les permite llegar más lejos, siendo parte fundamental de la transformación que viven las empresas, con la nube como eje transversal para su funcionamiento.
Asimismo, al interior de las compañías los departamentos evolucionaron; los encargados de finanzas, recursos humanos, marketing e incluso los de sistemas, se convirtieron en piezas claves para las compañías, apoyando estratégicamente el crecimiento de las mismas, aprovechando las nuevas tecnologías.
Sin embargo, estos cambios son solo el comienzo de lo que viene en 2017, un año en el cual la disrupción digital seguirá su avance, brindando a las compañías agilidad y rapidez de cara a las necesidad de sus usuarios finales.
Para los expertos de Oracle, las predicciones tecnológicas para 2017 son:
Más empresas se subirán a la nube: Con las transformaciones constantes que vive el mercado TI, las empresas adoptarán soluciones más eficientes para manejar su infraestructura en nube, siendo éstas administradas por compañías especializadas en Cloud. De acuerdo con Mark Hurd, CEO de Oracle, para 2025 la mayoría de los datos empresariales estarán almacenados en la nube.
Pymes con soluciones de talla mundial: Cada vez más, las pequeñas y medianas empresas utilizarán los mismos sistemas tecnológicos que usan hoy en día las grandes multinacionales, sin necesidad de destinar grandes cantidades de dinero. Las PyMEs utilizarán soluciones de negocio en nube y pagarán según su uso.
El Boom del Cloud Machine: Las entidades públicas y privadas trabajarán con equipos tecnológicos conectados a redes en nube, los cuales generarán flexibilidad en el manejo de datos y mayor movilidad laboral.
CEO más estratégicos: Los líderes empresariales invertirán más tiempo en entender e interactuar con sus clientes gracias a la automatización de procesos. Asimismo, al reducir la carga operativa trabajarán proyectos más efectivos en los cuales primará la innovación.
Ciudades más conectadas: El Internet de las Cosas (IoT) permitirá que las ciudades sean más eficientes, conectando su infraestructura a centros de control y generando mejoras significativas para sus habitantes en términos de movilidad, seguridad, salud y teletrabajo.
Publicidad segmentada y productos más exitosos: Con la masificación de Big data y la analítica, los datos de las empresas serán analizados para entender estratégicamente los gustos y características de los usuarios, logrando impactar a cada consumidor con campañas segmentadas, las cuales se realizarán según sus preferencias.
Área de Recursos Humanos más estratégica: La razón de ser del departamento de Recursos Humanos cambió. Gracias al uso eficiente de soluciones tecnológicas específicas, esta área buscará maximizar el talento humano, aumentando su sentido de pertenencia y facilitando su trabajo, potenciando el capital más valioso de toda organización: sus empleados.
Millennials más exigentes: El precio dejó de ser el factor diferencial para que los usuarios adquieran productos. Utilizando la tecnología se podrá clasificar y conocer mejor las preferencias de los consumidores en términos de productos o servicios presentes en el mercado.
Emprendimientos exitosos: Con la expansión del mundo digital y la infraestructura en la nube, la creación de empresas se dará fácilmente, logrando que estás trabajen de manera remota y efectiva, invirtiendo menos tiempo y reduciendo costos operativos, llegando a los usuarios de manera rápida y efectiva.
Más profesionales certificados: Gracias a la apertura del sector TI, con mayor frecuencia las empresas están requiriendo profesionales certificados en soluciones de negocio, ampliando el campo de acción de diversos profesionales en el mercado tecnológico.
El furor de la innovación: Los recursos que tradicionalmente se destinaban al mantenimiento de plataformas informáticas obsoletas se invertirán en generar productos innovadores y diferentes en el mercado, pensados en satisfacer continuamente a los usuarios.
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Android Things, el sistema operativo de Google para Internet de las Cosas
Google ha anunciado hoy una nueva iniciativa para lograr que Android se convierta en el sistema operativo de nuestros hogares. Su nombre es Android Things, y no es otra cosa que un sistema operativo altamente optimizado para funcionar con dispositivos inteligentes de bajo consumo como los que forman el Internet de las cosas.
Aficionados y desarrolladores avispados se habrán percatado de que esta no es la primera intentona de Google para colarse en el emergente mercado de los aparatos domóticos. De hecho, Android Things no es otra cosa que una versión remarcada y reformulada de Brillo, un proyecto para crear un sistema operativo derivado de Android para dispositivos inteligentes. Aunque fue anunciado hace algo más de un año, públicamente Brillo no parece haber llegado a ninguna parte.
Su relanzamiento como Android Things, sin embargo, denota el renovado interés de Google en este mercado.
A diferencia de Brillo, la programación para Android Things será una tarea familiar para la comunidad de desarrolladores al utilizar los servicios de Google, Android Studio y el SDK oficial en lugar de herramientas específicas, lo que debería facilitar la adopción de la plataforma.
Igualmente importante es el hecho de que Android Things incorporará un sistema de actualizaciones manejado por Google que simplificará la instalación de parches de seguridad en dispositivos con agujeros detectados, evitando así que puedan ser secuestrados para espiar a los usuarios o lanzar ataques DDoS como parte de una botnet.
Más allá de los productos domóticos estrictamente comerciales, Android Things también funcionará con plataformas de desarrollo amateur como Intel Edison, NXP Pico y la celebérrima Raspberry Pi 3.
Android Things coexistirá con Android para teléfonos y tabletas, así como con Android Wear, cuyo desarrollo sigue adelante a pesar de las dificultades.
Google sigue apostando por su sistema operativo para relojes inteligentes, y de hecho ha anunciado hace poco la compra de la firma Cronologics. Fundada por antiguos empleados de Google, Cronologics solo ha lanzado un dispositivo hasta la fecha, un reloj bautizado como CoWatch que destaca por integrarse con el asistente personal de Amazon, Alexa.
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Así fue la trastienda de la película "Snowden" el hacker de la CIA
Poco parecía quedarle al cine por decir sobre Edward Snowden después de Citizenfour, el deslumbrante y premiado documental con el que Laura Poitras se aproximó a la clandestina intimidad del informante rebelde estadounidense y registró su denuncia de una conspiración de vigilancia digital de proporciones estremecedoras. Pero Oliver Stone retoma y redobla la apuesta en términos de biopic ficcional en Snowden, filme que tiene al conocido Joseph Gordon-Levitt en el rol del tímido pero implacable especialista informático actualmente refugiado en Moscú (Rusia).
Acostumbrado a dirigir thrillers políticos que desacreditan el establishment estadounidense (JFK, Wall Street), Stone era un candidato predecible para hacer Snowden, aunque fue la película en este caso la que lo buscó a él: mientras el director lamentaba su fracasado proyecto de recrear la vida de Martin Luther King (al que se adelantó la oscarizada Selma), el abogado de Snowden en Rusia, Anatoly Kucherena, le ofreció hacer una película de su novela, Time of the octopus (El tiempo del pulpo), una narración de tintes orwellianos inspirada en la historia de su cliente.
Stone tomó el encargo, pagándole un millón de dólares a Kucherena por los derechos del libro (dato filtrado irónicamente en WikiLeaks) a cambio de tomar contacto directo con Snowden. Lo que en un principio parecía imposible se hizo costumbre: el realizador visitó nueve veces al especialista tecnológico en Moscú a lo largo de dos años, dialogando con él ya consciente de que no iba a adaptar la novela del abogado sino representar la biografía verídica de Snowden en la pantalla.
Así, Snowden parte del presente reciente en que el estadounidense adoptó como confidentes secretos en Hong Kong a los periodistas de The Guardian Glenn Greenwald (Zachary Quinto) y Ewan MacAskill (Tom Wilkinson) y la documentalista Laura Poitras (Melissa Leo) para volver atrás al comienzo de la década de 2000, cuando él se formaba en el Ejército y después como experto en seguridad informática en la CIA y más tarde en la NSA (Agencia de Seguridad Nacional).
Con el arrepentimiento patriótico (que recuerda al temprano filme de Stone Nacido el 4 de julio, donde Tom Cruise componía al veterano de guerra activista Ron Kovic) acontece su salida de los Estados Unidos y la divulgación de un escandaloso sistema de cibervigilancia masivo que comprometió al Gobierno estadounidense. Su realista y extrovertida novia Lindsay Mills (Shailene Woodley) cumple un rol clave en esa instancia escapista y solitaria, haciendo las veces de sostén afectivo, moral y humano del perseguido y atribulado Snowden.
El halo paranoico contagió a la producción de Stone, de la que no quisieron hacerse cargo las grandes distribuidoras estadounidenses ni multinacionales en un vergonzoso ejercicio de autocensura. Además, el director tomó precauciones extremas: escribió el guion en una computadora sin conexión a internet, imprimió varias copias, mezcló las hojas y las envió a distintas direcciones, de donde alguien debía recolectarlas, reordenarlas y entregarlas a mano.
Caballero blanco
A su modo, Gordon-Levitt calza con conocimiento de causa en el papel de Snowden, como bien describe un perfil reciente en The Guardian (mismo medio al que el informante confió información clasificada): el abuelo del actor fue un director apuntado en las listas negras de Hollywood, sus padres eran intelectuales judíos que se conocieron en una radio de izquierda y él mismo dirigió un documental autofinanciado sobre el movimiento Occupy.
Pero fue sobre todo su aspecto pálido, delgado y tranquilo lo que convenció a Stone de que era el indicado. Al fin y al cabo Snowden es también un retrato: “Él es un boy scout –dijo Stone–. Es recto y contenido. Tuvo una sola mujer en nueve años. No bebe ni toma drogas ni fuma. No tiene otro vicio más que el de sentarse frente a una computadora, lo que podría tomarse como limitación emocional. Es introvertido y tímido como mucha gente lo es. Es agradable y educado. Tiene epilepsia, cuestión que en el filme puede ser interpretada como la razón de su estrés. Los que me acusan de pintarlo como un caballero blanco no lo conocen personalmente”.
En tiempos de Black mirror y big data, Snowden alimenta la noción de una reactualización de las sociedades totalitarias y del espionaje internacional. Stone: “Todo va hacia una gran colectora de datos. Quién puede negar que algún día un presidente no asumirá y perseguirá de manera retroactiva a los que piensan distinto. Tengo la sensación de que ya nada es privado. Y eso incluye la vida sexual. Le pasa a Snowden en la película. Tiene la idea de que lo pueden estar observándolo a él y a su novia a través de su webcam. Lindsay le dice: ‘¿Qué queda por esconder?’. Y él le responde: ‘Todos ocultamos algo’”.