¿Cuáles fueron los antivirus más difíciles de vulnerar para la CIA?
Los documentos de la CIA que ha sacado a la luz la organización Wikileaks, conocida en el mundo entero por las hazañas de Edward Snowden, contienen más de 8.000 páginas de información sensible relacionada con herramientas de espionaje de móviles, ordenadores e incluso televisores. En estas páginas se mencionan también las debilidades de algunos de los antivirus más populares del mundo.
Básicamente, la CIA cuestiona la efectividad de los antivirus para PC frente a sus avanzadas herramientas de espionaje. La Agencia Central de Inteligencia de EEUU habla de la facilidad con la que los programas antivirus más utilizados del mundo se pueden hackear para intervenir toda la actividad de un usuario sin que sea consciente de que está siendo espiado, y lo cierto es que no se libra prácticamente ningún desarrollador.
Empresas de la talla de Kaspersky o AVG aparecen citadas dentro de fragmentos de conversaciones en las que supuestos miembros de la CIA intercambian sus opiniones acerca de las dificultades que se han encontrado para romper la seguridad de estos antivirus. La triste realidad es que pocos programas se libran de acabar cediendo a las herramientas de espionaje de la CIA.
En el caso del antivirus de Kaspersky Lab, por ejemplo, la CIA dice en una conversación que “[cargar un software en el código fuente del antivirus] nos permite saltarnos la seguridad de Kaspersky”. Lo mismo vienen a decir de Avira (en esta conversación), y de AVG (en esta conversación), y de F-Secure (en esta conversación)… en todos los casos, en las conversaciones se habla de métodos que supuestamente permiten romper la seguridad de todos estos programas.
Pero, ¿quiénes son los protagonistas de estas filtraciones? Es evidente que los mensajes no están firmados con nombres y apellidos, pero WikiLeaks da por hecho que se trata de mensajes enviados por hackers de la CIA repartidos por todo el mundo. En el caso concreto de estos antivirus, salta a la vista que se trata de mensajes enviados por el equipo responsable de buscar vulnerabilidades en los antivirus más utilizados entre los usuarios.
En estos documentos, la CIA también reconoce haberse encontrado con algún hueso duro de roer a la hora de tratar de romper la seguridad de los antivirus. Hablan de Comodo, que al parecer hasta la versión de Comodo 6 tiene un sistema de seguridad bastante robusto, y también mencionan a BitDefender, un programa que no lo ponía nada fácil a la hora de introducir el software de la agencia en los ordenadores de los objetivos.
La única tranquilidad que le queda a los usuarios en medio de toda esta polémica es que los documentos filtrados corresponden a informaciones que en muchos casos se remontan a varios años atrás. En el caso de Kaspersky, por ejemplo, la agencia habla de una vulnerabilidad que en teoría fue solucionada con una actualización allá por el año 2015.
Esto quiere decir que es muy probable que muchos de los agujeros de seguridad que se mencionan en ellos ya hayan quedado solucionados, tal y como -por ejemplo- Apple dice que ocurre con buena parte de las vulnerabilidades que la CIA menciona respecto a iOS.
Fuente: Computerhoy
¿Netflix le marca el camino a los medios de comunicación tradicionales?
Del mismo modo que evoluciona la tecnología y la manera en que nos relacionamos los unos con los otros, los medios también tienen que tratar de renovarse constantemente. De hecho, una de las compañías de medios de comunicación más grande del mundo, el New York Times, parece estar abriéndose paso hacia el futuro.
Gabriel Snyder, un conocido periodista, escribió lo siguiente en el último número de Wired: ”La razón por la que las viejas compañías de medios de comunicación tienen tantos problemas para adaptarse no es porque no saben qué hacer o incluso que deben hacerlo, es que la política interna de la propia empresa es complicada de dirigir“.
Buena parte de los ingresos de este tipo de medios proviene de la impresión de publicidad. Las empresas pagan al periódico una cierta cantidad por tener derecho a publicar un anuncio en él.
Periódicos como el New York Times también siguen obteniendo buena parte de sus ingresos a través de la publicidad. Y aunque se sigue generando bastante dinero así, lo cierto es que el sector ha caído durante los últimos meses.
El NYT trató inicialmente de convencer a los lectores de suscribirse a productos separados basados en columnas de opinión, noticias diarias, crucigramas y cocina, pero cada uno de ellos se encontró con la falta de éxito deseada, dijo Snyder.
Por lo tanto, en su lugar, el conocido periódico está pensando que puede emular el modelo de suscripción Netflix, HBO o Amazon: tener una presentación mucho más acorde a los tiempos que corren para aumentar su valor. Tal y como apuntan desde Recode, el mercado digital lo llena todo y es más fácil acceder a tu dispositivo móvil que a un periódico físico.
Plataformas de contenido digital como Netflix ofrecen a sus usuarios la posibilidad de acceder a todo el contenido disponible en cualquier momento. Todos los vídeos están ordenados y clasificados según su género y pueden mostrarse dependiendo de nuestros gustos.
El espacio digital abre un mundo de posibilidades que los usuarios entienden y valoran más a la hora de pagar por él. De este modo, los suscriptores de un servicio de información concreto contarían con un abanico de opciones mucho más amplio.
Basta imaginar poder leer noticias de diferentes fuentes en un sistema similar a Netflix, personalizadas según nuestras preferencias y ordenadas por tema. Podríamos acceder a los vídeos de las últimas noticias o los reportajes que más nos interesen en cuestión de segundos.
Puede que el futuro inmediato de los medios de comunicación esté en ofrecer servicios de suscripción a sus usuarios con los que no solo ver las últimas noticias. Guardar un historial de las noticias que más nos interesan, filtrar ciertos temas o guardar la receta de comida del día en nuestra cuenta son solo algunos ejemplos.
Por supuesto, contar con un servicio de este tipo podría dar enormes beneficios a las empresas y ahorrar costes de producción.
"The Media Lab", el libro que a fines de los 80´anticipó el futuro a la perfección
Formalmente titulado ‘The Media Lab: Inventing the Future at MIT‘ (Penguin Books, 1987), es un prontuario de investigaciones, trabajos e inventos en los que el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) andaba metido a finales de los años ochenta del siglo pasado. Su autor, el escritor Stewart Brand, visitó meses antes —como científico— el Media Lab y decidió escribir esta obra para recoger todas aquellas tecnologías que el MIT apuntaba como futuribles; sorprende la exactitud de algunas predicciones.
Cuando Brand hizo aquella extensa visita al Laboratorio de Medios del MIT en 1986, su intención era recabar una ristra de ideas de lo que el futuro podría traer al mundo de la tecnología. Lo que no imaginó antes era que, mientras estaba allí, pudo observar prototipos de trabajo de las nuevas técnicas de comunicación (y entender las cuestiones prácticas que planteaban), como periódicos personalizados y noticias en vídeo, conexiones personales rápidas a Internet, globalización tecnológica e, incluso, los inicios de los Lego Mindstorms y, también, de los juegos de realidad virtual.
El libro está organizado en dos grandes partes. La primera se titula ‘The World of the Media Lab‘ y, en ella, Brand describe los principales proyectos en curso que él vio en el Media Lab durante su visita. En la segunda parte, ‘Life in Parallel‘, se encarga de relacionar algunos de esos proyectos con cuestiones globales que pueden convertirse en prominentes o preponderantes en el futuro (en su futuro). En el texto se intercalan fotos en blanco y negro de algunos de los jugadores clave del Media Lab en 1986. También hay una sección de imágenes en color de muchos de los proyectos del laboratorio.
Lo que es realmente interesante de este título hoy día, es comprobar que casi todos los proyectos que se reseñan y se predicen en él como posibilidades de éxito, se han convertido en algo común de nuestra sociedad actual. Es bien sabido que el MIT siempre ha sido puntero en cuanto a tecnología se refiere, pero también debemos apuntar que Stewart Brand, probablemente, evitó escribir en su libro sobre proyectos que no iban a ninguna parte de manera obvia.
El libro contiene, además, algunas entrevistas con figuras destacadas del laboratorio como Andy Lippman y Danny Hills. Sin embargo, hay una característica muy curiosa que muchos obvian reseñar, y es su aspecto formidable como cápsula del tiempo. Brand hace un trabajo increíblemente bueno al transportar al lector de vuelta a mediados de los años ochenta, y no sólo por medio de los indicadores tecnológicos de la época, sino también recurriendo al paisaje sociopolítico, económico y cultural del momento.
En resumen, es una joya ochentera que resultó en una carta al futuro de esa especie genial de científicos que sólo se encuentra dentro del MIT. Como el propio Stewart Brand redacta en el texto con respecto a la innovación, “una vez que una tecnología se apodera de usted, si no forma parte de la apisonadora, forma parte del camino“. Altamente esclarecedor.
Por cierto, ‘The Media Lab’ todavía se puede conseguir por ahí a un precio razonable en diversos formatos. Asimismo, también se puede descargar como archivo PDF de manera gratuita, pero no contaremos nosotros desde dónde.
Vía: Teknoplof