FIWARE, el estándar open source para Internet de las Cosas
FIWARE es una iniciativa open source (código abierto en español) que pretende impulsar la creación de estándares necesarios para desarrollar aplicaciones Smart en diferentes dominios: Smart Cities, Smart Ports, Smart Logistics, Smart Factories, entre otros. Cualquier aplicación Smart se caracteriza por recoger información relevante para la aplicación de diferentes fuentes sobre lo que está pasando en un momento dado. Esto se conoce como “información de contexto”. La información de contexto actual e histórica se procesa, visualiza y analiza a gran escala. De esta forma, se produce el comportamiento inteligente esperado.
FIWARE quiere impulsar un estándar que describe cómo recopilar, gestionar y publicar información de contexto y adicionalmente aporta elementos que permiten explotar esta información una vez recopilada. Ese estándar no existe en la actualidad y resulta clave para construir un mercado digital único para las aplicaciones inteligentes donde las apps y soluciones pueden portarse de un cliente a otro sin grandes cambios. También resuelve de manera sencilla cómo capturar información procedente de redes de sensores, aunque se comunican usando diferentes protocolos y lenguajes IoT. En ese sentido es capaz de resolver la complejidad de tratar la información recogida por los sensores y traducirlos a un lenguaje común.
En el entorno de Smart Cities, tenemos un estándar sobre cómo recoger información, gestionarla y publicarla, describiendo qué está pasando en la ciudad en cualquier momento en tiempo cuasi-real. El procesamiento y análisis de la información actual e histórica proporciona a las ciudades una visión holística, ayudándole a obtener mayor control y monitorización de la calidad del servicio que ofrece a los ciudadanos. Adicionalmente la ciudad es capaz de exportar y publicar parte de esa información para que terceros puedan desarrollar aplicaciones interesantes para el ciudadano, para la economía local y para los procesos productivos de la ciudad. Por este motivo, se dice que adoptar estándares FIWARE convierte a las ciudades en motores de crecimiento.
Tal y como se indicó en un informe reciente de Machina Research, uno de los problemas es que para las ciudades inteligentes no existen estándares. Según su análisis, usar soluciones para IoT sin estándares en vez de soluciones estandarizadas incrementará el coste del proyecto, pondrá el riesgo la adopción a gran escala y dañará de manera global la innovación tecnológica para iniciativas de Smart City. Hay muchas ciudades que presumen de haber desarrollado iniciativas de Smart City en los últimos años pero no existen estándares. Esta ausencia de estándares hace que una solución que funciona en una ciudad, no pueda funcionar en otra sin esfuerzos de adaptación muy relevantes.
Otra iniciativa relevante es el programa de Smart City del TM Forum. Este organismo intenta ofrecer recomendaciones y estrategia a proveedores de servicio como las operadoras de comunicaciones. En el marco de las Smart Cities, TM Forum ha creado un programa cuyo objetivo es establecer una visión y una estrategia para las Smart Cities que las operadoras puedan adoptar. TM Forum se ha aliado a FIWARE y promueven que FIWARE NGSI sea el primer estándar que las ciudades puedan adoptar y así formar parte de un gran ecosistema. TM Forum junto a, FIWARE, está intentando determinar cómo se puede establecer una economía del dato (economy of data).
La Casa Blanca muestra interés en FIWARE
La Casa Blanca anunció la creación de un grupo internacional de trabajo el pasado septiembre dirigido por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnologías (NIST en inglés) con dos objetivos:
- Estudiar casos de éxito de iniciativas de Smart Cities por todo el mundo para extraer un conjunto de buenas prácticas.
- Identificar estándares exitosos que puedan ser adoptados como puntos de interoperabilidad pivotantes para las Smart Cities.
FIWARE no pertenece a nadie, FIWARE pertenece a todo el mundo. Será gratuito para siempre
Estos reconocimientos sirven para que las ciudades que están valorando entre FIWARE y otras plataformas (alguna de ellas propietarias) decidan optar por FIWARE sobre otras opciones. Optar por FIWARE sobre otras opciones también permite contar con entidades expertas (como Telefónica) con resultados contrastados en implantación de soluciones basadas en una plataforma de Smart City FIWARE. Las ciudades que escogen FIWARE se benefician de estándares reconocidos y protege su inversión. Le permite además sumarse a más ciudades y unirse a un mercado mayor. Eso servirá para atraer nuevos desarrolladores que generen soluciones nuevas de las que se pueden beneficiar todas las ciudades participantes, creando un ecosistema más sostenible para el mercado de las Smart Cities.
FIWARE está demostrando ser útil en otros ámbitos del IoT como Smart Agrifood o Smart Industry (Industria 4.0), donde la estandarización está jugando un papel crucial. La Comisión Europea incluyó en abril entre sus recomendaciones sobre digitalización a FIWARE como plataforma sobre la que basar su estrategia. Creemos que deben romperse las barreras tradicionales que compartimenta de manera estanca las soluciones Smart (Smart Cities, Smart Industry, Smart Homes…), pues todo forma un espacio continuo inteligente entre las personas y las empresas.
Efecto 2038 ¿el nuevo Efecto 2000?
Era el año 1999 y quedaba muy poco para que todas las computadoras y sistemas del mundo se enfrentaran al temido “efecto 2000”. Las principales revistas de informática regalaban un disquete que te permitía comprobar si tu ordenador estaba afectado. Iba a ser el Apocalipsis de las máquinas, el fin del mundo, todo iba a dejar de funcionar… y finalmente, nada. En un altísimo porcentaje de los casos se corrigió sin problemas y todo siguió funcionando. Este “efecto 2000” podría repetirse en unos años, sólo que ahora se llamará “efecto 2038”.
Todos los sistemas siguieron funcionando perfectamente y las empresas se actualizaron a tiempo para evitar cualquier problema. Bastó con retocar el código más viejo y adaptar algunos sistemas para añadir cuatro dígitos al año y terminar con el problema para siempre. ¿Para siempre? Bueno, ahora tenemos en el horizonte otro “bug” informático que se ha bautizado como “efecto 2038”.
El “efecto 2038” o Y2K38 se producirá cuando pasen 7 segundos de las 3:14 de la madrugada del martes 19 de enero de 2038. No es algo que esté a la vuelta de la esquina, pero esto nos da un montón de tiempo para abordarlo y solucionarlo sin tener que llegar a las cotas de pánico del efecto 2000. El problema afecta a las aplicaciones que utilicen la representación del tiempo basada en el sistema POSIX.
POSIX es Portable Operating System Interface, con la X de UNIX. En este sistema encontramos la normalización de algunos de los estándares de las aplicaciones multiplataforma. Entre ellos, el que nos afecta es el encargado de medir el tiempo en los sistemas de 32 bits y el que utilizan en sus relojes.
Concretamente, se basa en contar los segundos transcurridos desde el 1 de enero de 1970 a las 00:00:00. Es decir, el reloj de muchos de los sistemas es un mero contador de segundos que suma una unidad con cada uno que pasa. Después se convierte al sistema estándar de día – mes – año – hora – minuto y segundo para tener la fecha.
El contador de segundos se define como un entero de 32 bits con signo, pudiendo representar un rango entre -2 147 483 648 y 2 147 483 647 (-231 y 231-1). El último segundo representable con este formato corresponderá a las 03:14:07 del 19 de enero de 2038. Un segundo después, el contador se desbordará y saltará al valor más bajo, es decir, -2 147 483 648.
En ese momento, los sistemas que cuentan el tiempo de esta forma “volverán” a 1901, concretamente al 13 de diciembre de ese año, confundiendo así la fecha real del sistema. Básicamente, ocurrirá algo similar al efecto 2000 y es que los sistemas pensarán que estamos en una fecha muy diferente con los problemas que eso puede acarrear.
Por el momento, nadie ha sabido afirmar a ciencia cierta lo que ocurrirá si no se soluciona el problema en algún sistema. Puede que haya sistemas donde no termine de pasar nada mientras otros dejen de funcionar o muestren un comportamiento totalmente erróneo.
Esto puede resultar especialmente problemático en sistemas que utilicen POSIX para contar el paso del tiempo como algunos sistemas de vuelo, GPS o automóviles. En todos ellos se utiliza algún reloj de este tipo. También los servidores de Internet, routers o puntos de acceso WiFi.
El problema no afectará a muchos dispositivos actuales. Todos los basados en 64 bits no sufrirán de estos problemas ya que manejan combinaciones de muchos más dígitos binarios. Esto permite un rango de fechas muy superior. Eso sí, si queda alguno vivo para el 4 de diciembre de 292.277.026.596 es posible que tenga algún problemita con sus sistemas. (Esto corresponde a 220 veces la edad aproximada del Universo)
El problema, como siempre, son los sistemas más antiguos que no son compatibles con 64 bits o en los que sería muy cara la migración. Por suerte, los expertos en la materia tienen 22 años por delante para buscar una solución, tiempo más que suficiente para evitar campañas del miedo.
El nuevo estándar 802.3bz llevará 5 gigabits por segundo a tu Red
Durante años hemos utilizado (y por qué no exprimido) múltiples dispositivos Ethernet con una velocidad máxima de un gigabit por segundo. Alcanzar dicha velocidad no depende solamente del hardware, sino también del cableado, y aunque parezca mentira, el «gigabit por segundo» está a punto de convertirse en un cuello de botella. El nuevo estándar 802.3bz busca dar el siguiente paso, elevando el máximo a 2.5 gigabits por segundo con cables Cat 5e, y 5 gigabits por segundo sobre cables Cat 6.
Hay muchas oficinas y fábricas allá afuera con cables Cat 5e que no han sido certificados para alcanzar una especificación superior. En otras palabras, el famoso «gigabit por segundo» no está al alcance de todos, y la situación es aún más difícil si hablamos del siguiente escalón, el 10GBASE-T. De allí surgió la necesidad de crear un nuevo estándar que sirva como «puente», el cual permita reutilizar instalaciones existentes. Así llegamos a los modos 2.5GBASE-T y 5GBASE-T, ambos bajo la especificación 802.3bz.
Básicamente, el estándar establece una velocidad máxima de 2.5 gigabits por segundo con cables Cat 5e, y de 5 gigabits por segundo en el caso de cables Cat 6. La base (o «capa física») para los modos 2.5GBASE-T y 5GBASE-T proviene del antes mencionado 10GBASE-T. La cantidad de «bits por Hertz por canal» se mantiene intacta en 6.25, pero el ancho de banda espectral reduce al 25 por ciento en conexiones de 2.5 gigabits (100 MHz), y al 50 por ciento en 5 gigabits (200 MHz). Al no cumplir con las exigencias específicas de 10GBASE-T, los cables no requieren tanto blindaje y protección. El estándar también incluye optimizaciones para otras funciones, incluyendo a PoE.
802.3bz fue aprobado en lo que muchos ven como tiempo récord, lo que destaca la necesidad del nuevo estándar. Las velocidades máximas en conexiones inalámbricas han salido disparadas, colocando al «Ethernet gigabit» en un plano inferior. Con un simple reemplazo de hardware, instalaciones de todo el mundo podrán acceder a transferencias superiores y posponer por más tiempo la costosa inversión asociada al reemplazo total de cables, que puede ascender a cientos de miles de dólares en ciertos lugares.
Fuente: Ars Technica
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