La alianza estratégica entre Fundación Proydesa y BBVA Francés con repercusión en España
La alianza entre BBVA Francés y Fundación Proydesa para llevar adelante el programa "Mi Primera Empresa", fue noticia en el principal portal de noticias del sector bancario de España: www.noticiasbancarias.com
También el sitio Mendoza Opina realizó una nota sobre las becas entregadas a los jóvenes de la Asociación Civil La Educadora Compañía de Jesús, en la provincia de Mendoza, en el marco de este Programa.
Esta es la nota completa del portal español:
BBVA Francés ha entregado la semana pasada el premio a los ganadores de la primera edición del Programa Mi Primera Empresa.
Asimismo, la filial en Argentina de BBVA entregó 42 nuevas becas del Programa de Educación Financiera Becas de Integración BBVA Francés a jóvenes de la Asociación Civil La Educadora Compañía de Jesús en la provincia de Mendoza.
BBVA Francés y la Asociación Civil La Educadora Compañía de Jesús, trabajan en conjunto desde el año 2008 en el Programa de Educación Financiera Becas de Integración; durante estos años han entregado 807 becas al Centro Educativo Padre José María Llorens.
A través de un comunicado, han detallado que el acto de entrega de becas se llevó a cabo en la Sucursal de BBVA Francés de Mendoza, ubicada en Avda España, 1342, donde participaron los alumnos becados junto con sus padres, el equipo de trabajo de la organización y el equipo de la Sucursal y del Programa de Educación Financiera Becas de Integración de BBVA Francés.
Por su parte, en el Centro Educativo Padre José María Llorens, potavoces de la entidad señalaron que el Programa Mi Primera Empresa, realizado en alianza con la Fundación Proydesa, tiene como objetivo que los alumnos desarrollen habilidades para proyectar su primera empresa.
También precisaron que el programa contó con dos módulos: un taller online, de un mes de duración, donde los alumnos aprendieron los contenidos necesarios para armar un Plan de Negocios; y un concurso, en el que se premia al mejor Plan de Negocios de cada institución con un premio de 10.000 dólares (8.880 euros).
Días atrás, BBVA Francés entregó ocho nuevas becas de estudio del programa de Educación Financiera Becas de Integración BBVA Francés, a estudiantes seleccionados por la Fundación Brazos Abiertos, en Posadas. Se trata de una cuota mensual de 900 pesos (58 euros) que recibirán los beneficiados, para que finalicen la secundaria sin inconvenientes económicos.
6 cosas que están en vías de extinción gracias a Internet
Muchas partes de nuestras vidas actuales se encuentran ligadas directa o indirectamente con Internet y muchas de las cosas que hacíamos décadas atrás, cotidianamente, han pasado a ser algo extraordinario por su excepcionalidad. Como también han pasado a serlo objetos que no hace mucho convivían diariamente con nosotros y de un día para otro han dicho adiós o se han quedado en un segundo plano.
Los SMS como forma de comunicación habitual
En los tiempos que corren, es inevitable echarse a reír cuando una operadora pretende colarnos una tarifa con la increíble virtud de tener mensajes de texto gratis e ilimitados. En los 90 hubiese sido una genialidad, pero en pleno 2016, es casi una broma de mal gusto si no somos una persona ajena a la tecnología y los planes de datos. Los SMS, con la llegada de Internet y sobre todo de los teléfonos móviles con buena conexión, han tenido que marcharse al cajón de lo vintage.
Aplicaciones como WhatsApp o Telegram los han condenado al ostracismo y solamente les queda, muy meritoriamente, la función de brindarnos códigos de verificación de servicios online, informarnos del envío de un paquete o servir de notificación para enterarnos de que se nos están acabando los datos, por ejemplo. Lo de mensajearse compulsivamente ya no es lo que era.
Los periódicos o revistas en papel como principal vía de información
Periódicos y revistas en papel continúan vendiéndose, pero ya no los compramos como antes. Conforme las conexiones a la red se han ido popularizando, la forma en que las personas se informan ha ido cambiando. Si antes uno se acercaba al quiosco y se compraba un diario, ahora se siente frente al ordenador o saca su móvil del bolsillo, y accede a su medio favorito o bucea entre enlaces que encuentra en las redes sociales.
Al igual que la televisión y la radio influyeron en su momento en la situación de la prensa escrita tradicional, con las posibilidades infinitamente más abiertas de la red el consumo de información muta.
La correspondencia entre personas
Parémonos a pensar detenidamente unos instantes. ¿Cuándo fue la última vez que abrimos nuestro buzón y encontramos en él una carta que no sea ni una factura, ni publicidad, ni una notificación de alguna administración pública? Seguramente mucho. Y si no, seguramente fuese una excepción.
Las cartas han quedado para temas oficiales, para facturas —aunque cada vez más se van imponiendo las electrónicas— y otro tipo de avisos que poco tienen que ver con mantener una comunicación entre dos personas sobre asuntos más o menos personales. Internet y el correo electrónico, son los grandes responsables.
Los videoclubs y el alquiler de películas en físico
finales del siglo pasado el negocio de los videoclubs era rentable. Era un sector pujante, los establecimientos abiertos en cada ciudad se contaban por decenas y los fines de semana se llenaban de usuarios en busca de películas que disfrutar. Eran la alternativa a las salas de cine y sus precios eran populares.
Pero el escenario cambió con la democratización de los ordenadores primero y de las conexiones a Internet relativamente rápidas después. Todo el mundo demandaba equipos con grabadora de DVD, las copias caseras se hicieron comunes y más tarde las descargas mediante P2P se extendieron. En apenas unas décadas los videoclubs dijeron adiós.
El fax y parte de sus envíos
La telecopia, como también es conocido el fax, era lo más parecido a enviar una imagen adjunta en un correo electrónico que se tenía años atrás, antes del triunfo de la tecnología digital, e inicialmente fue un elemento imprescindible en las redacciones de los periódicos. Y como todo, se popularizó, y con el tiempo la mayoría de empresas y no pocos particulares adquirieron uno.
Sin embargo, con la llegada de Internet y el e-mail, el envío mediante señales eléctricas a través del sistema telefónico de documentos e imágenes ha caído en desuso hasta circunscribirse a ámbitos muy concretos. Ejemplo es el de las compañías aseguradoras, el sector bancario, el energético o el judicial, por entre otros motivos la validez jurídica que se le suele otorgar a este tipo de comunicación
La censura total
Sin Internet, hace unos años, vivir en un país gobernado de forma autoritaria, con la censura inmiscuyéndose en cualquier asunto, era tener sin mucha alternativa posible una venda en los ojos informativamente hablando.
Desgraciadamente, esto todavía es así en muchos lugares del planeta, pero gracias a Internet, las personas que disponen del equipamiento adecuado pueden acceder con relativo éxito —mediante tecnologías como Tor— a contenidos prohibidos en sus territorios. Un pequeño aunque insuficiente avance.
Otros métodos de saltarse en parte o totalmente la censura son emplear proxys reconfigurados, usar redes privadas virtuales, utilizar los servicios de un proveedor de Internet no restringido de un país vecino o modificar los servidores DNS. Este último método, por ejemplo, fue el empleado por los turcos para saltarse el bloqueo de Twitter en su país antes de las elecciones municipales del año 2014, publicitando las DNS públicas de Google 8.8.8.8 y 8.8.4.4. Funcionar, funcionaba.
Two Bits Circus, cuando la tecnología se convierte en espectáculo
“Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. (…) En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Amsterdan”. Para Aureliano Buendía, el inmortal personaje creado por Gabriel García Márquez en Cien años de soledad, la ciencia llegaba hasta el recóndito Macondo gracias al circo de los gitanos. Será porque, como decía Arthur C. Clarke, toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. Y el circo siempre fue un lugar propicio para los magos.
Hoy los hombres bala, las mujeres forzudas y los domadores de leones desdentados han perdido la capacidad de fascinación que conquistó a los niños de medio mundo durante pasadas décadas. El circo, en su versión tradicional -la de carpa, sillas plegables y animales-, ha sido desbancado por entretenimientos más sofisticados. Sin embargo, su espíritu, el de la diversión a través del asombro, sigue vivo; tan sólo hay que buscarlo en otras experiencias. Two Bit Circus ha llevado la máxima circense del más difícil todavía a sus espectáculos hasta convertirlos, según el USA Today “en la fantasía de un inventor loco”: sensores, cámaras, acelerómetros, ordenadores, robots… todo conectado en lo que Brent Bushnell y Eric Gradman, los creadores del show, llaman “ingeniería del entretenimiento”.
Uno de estos dos frikis, como ellos mismos se denominan, también proviene, al igual que Aureliano Buendía, de una saga enamorada de la magia. Su padre, Nolan Bushnell, fue el fundador de Atari, empresa pionera en el mundo de los videojuegos. Bret comparte con su padre la pasión por los juegos y la convicción de que a través de ellos se pueden conseguir grandes cosas. Por ejemplo, hacer que los niños se interesen por la tecnología. Por eso Two Bit Circus envía a los colegios kits robóticos antes de cada evento, para que los pequeños experimenten y descubran lo divertida que puede ser la ingeniería. Bushnell asegura que “en la lista de deseos de todo el mundo figura tener nuevas experiencias vitales”. Como, por ejemplo, ser sumergido en una bola de fuego de tres metros. Y vivir para contarlo.