Roberto Rosler: "Debemos enseñar de forma diferente a los Nativos Digitales para no desaprovechar sus capacidades cognitivas"
“Los cerebros de los nativos digitales aprenden a focalizar la atención velozmente, analizar la información y casi instantáneamente decidir si seguir o no seguir”, expresa el Dr. Roberto Rosler.
Rosler es médico neurocirujano egresado con Diploma de Honor en la Universidad de Buenos Aires y profesor de neurofisiología, neurociencias, neuroanatomía, neurología y neurocirugía. “Los nativos digitales cuando encuentran la información que necesitan, pasan dos segundos o menos en el sitio para luego pasar al próximo sitio. Desarrollan circuitos neuronales hechos a medida para ´chorros´ de concentración rápida e incisiva. Pero mientras los nativos digitales están cableando sus cerebros para ciber-búsquedas de Fórmula Uno, los circuitos neuronales que controlan el aprendizaje más tradicional están siendo ignorados (como por ejemplo, la interacción humana y la comunicación)”.
“Al terminar la secundaria un estudiante ha pasado diez mil horas jugando video juegos, diez mil horas hablando por el celular, veinte mil horas mirando la televisión y ha mandado y recibido más de doscientos mil emails o mensajes de texto. Los nativos digitales aprenden más fácilmente a través de interfaces digitales, ya que las pantallas son más amigables para ellos.
“Para nuestros alumnos, lo digital es una lengua materna aprendida desde la cuna. Las generaciones digitales viven de, para y en la pantalla”, sostiene el médico y continúa: “Si Descartes viviera en el siglo XXI afirmaría ´Facebook, Google, Youtube, ergo sum´. Los docentes deberíamos apurarnos en la adaptación a esta mediamorfosis y en la enseñanza de los nativos digitales porque, como decía la protagonista de Alicia en el país de las maravillas, en un mundo en movimiento, el que se queda en el mismo lugar retrocede".
Según Rosler, la cultura, las formas de transmisión, los criterios estéticos y hedonísticos y el régimen cognitivo, herencia de la educación de la época industrial, son totalmente perpendiculares a la de los alumnos. “Las competencias digitales no se pueden reducir a la lectura y la escritura”, afirma. De aquí comienza a surgir la necesidad didáctica de introducir una interfaz digital para introducir “troyanos” en los sistemas nerviosos de nuestros alumnos: “Estos troyanos serían´ programas maliciosos´ (matemáticas, historia, anatomía, etc.) capaces de alojarse en los depósitos de memoria de nuestros alumnos y permitir el acceso a usuarios externos (los docentes), a través de las interfaces digitales, con el fin de recabar información o controlar remotamente a la máquina anfitriona (el alumno). O sea, ´infectar´ el sistema nervioso de nuestros alumnos con el virus del conocimiento analógico”.
“Creo que uno de los logros que debemos generar es pasar de la clase a la reunión; a través de muchos de los recursos que tenemos podemos crear un cambio enorme organizándolos de forma diferente”, expresa Rosler al ser consultado acerca de si la disposición aúlica tradicional sigue siendo efectiva: “Cuando vemos un aula, vemos un espacio cerrado y aislado del mundo, vemos una figura de pie y unas cuantas figuras sentadas, vemos que las figuras que están sentadas están quietas, sólo la que está de pie puede moverse. En cambio, en una reunión, las personas que acceden a estos recintos entran y salen, la mayoría de las veces porque quieren, no por obligación. Hay ruido, el murmullo de las múltiples conversaciones que, lejos de molestar, nos motivan a participar y el mobiliario facilita la conexión entre los asistentes. Además hay bebida y comida que funcionan como conectores del relax y la diversión muchas veces acompañados por música” .
Por último, consultado acerca de las deudas que hay en nuestro país en materia educativa, el médico explica: “Es necesario adoptar la filosofía de la educación inclusiva; que los docentes nos demos cuenta que la ´vaca sagrada.´(el programa) es solamente una excusa; que dejemos de ser ´cubridores´ de contenido y nos dediquemos a enseñar pensamiento crítico; enseñar para lograr transferencia, para que nuestros alumnos apliquen lo que le enseñamos en su vida real; enseñar en otros espacios fuera del aula y ser conscientes que en el siglo XXI la educación es una educación de frontera, los alumnos están del otro lado de la frontera y no se van a acercar, somos nosotros los que con empatía debemos acercarnos, conocerlos y ver cómo lograr que se acerquen a nuestra frontera”.
"Dread Drops", el movimiento que propone compartir contenido sin internet
Un artista multimedia alemán comenzó en 2010 un movimiento de resistencia a la red. Denominado Dead Drop, propone intercambiar contenido sin necesidad de estar conectados a Internet. ¿Cómo? A través de pendrives colocados en muros. El juego, la resistencia a la Red y la creatividad, fueron las principales motivaciones que llevaron a Aram Bartholl, su creador, a lanzar este movimiento. Los pendrives pueden ser encontrados por azar en cualquier parte del mundo, pero también existe un sitio donde puedes localizar las coordenadas. Actualmente hay más de 1600 dispositivos en el mundo.
"Necesitamos replantearnos la libertad y la difusión de la información", dijo Aram Bartholl a la BBC. El creador asegura en su página web que no es necesario ningún permiso para colocar un Dead Drop en su barrio. Para él “todo el mundo está invitado a instalar cuantos Dead Drops quiera”. Bajo esa afirmación, más de 12 gigas de información se encuentran hoy en día en los dispositivos. Los usuarios comparten cualquier tipo de información: archivos, videos, fotografías o música.
El termino Dead Drop es utilizado en la jerga del espionaje. La técnica es coordinar un lugar para traspasar información sin la necesidad que los espías se encuentren o charlen. Sin embargo, el método de Bartholl no es discreto. Los usuarios enchufan sus ordenadores a los pendrives ubicados en edificios sin la menor intención de esconderse.
Aunque la creatividad y la puesta en marcha del proyecto son ponderables, los peligros son inminentes. El hecho de infecciones en los ordenadores, son bastante frecuentes. Además, al permitir que cualquiera suba la información que quiera, se corre el riesgo de encontrarse con archivos mal intencionados. Sin embargo, su fundador asegura que son los mismos peligros a los que nos enfrentamos cuando estamos en Internet.
Jeremy Rifkin: 'Hay que superar la Segunda Revolución Industrial"
El pasado once de abril, el economista y licenciado en Relaciones Internacionales y profesor de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania (EEUU), Jeremy Rifkin, participó en la última edición del Cercle de l’Aigua, un foro de debate que organiza la Fundación Agbar de Cornellà de Llobregat (en Barcelona).
El economista estadounidense considera prioritario introducir un nuevo paradigma económico para limitar los efectos del cambio climático y luchar contra el paro.
"Tenemos que cambiar de mentalidad. El aumento del precio del petróleo en 2008 originó un colapso económico que evidenció la necesidad de transitar hacia un nuevo modelo que supere la Segunda Revolución Industrial", explicó en su conferencia, resumida en la web de Cercle de ‘Aigua.
Según el economista, para superar esta recesión actual, hay que avanzar hacia un nuevo modelo "basado en Internet, la economía colaborativa y las energías renovables” (su conferencia se titulaba de hecho, 'Hacia la tercera revolución industrial y una sociedad de coste marginal cero').
El cerebro externo
En esta transformación económica Internet y las nuevas tecnologías de comunicación resultan importantes porque posibilitan un “coste marginal cero”.
Para comprender este concepto, en primer lugar hablaremos de otro: el procomún colaborativo, que es aquel basado en la colaboración de comunidades de personas que, usando los medios digitales, desarrollan y comparten recursos.
Rifkin ha llegado a definir el ‘procomún colaborativo como “el primer paradigma económico que ha arraigado desde la llegada del capitalismo y el socialismo en el siglo XIX” (El País, 2014). De él dice que podría democratizar la economía mundial y crear una sociedad más sostenible desde el punto de vista ecológico.
Pues bien, este ‘procomún colaborativo’ solo ha sido posible gracias a Internet y las TIC porque estas permiten producir sin costes o casi sin costes. Así es como, hoy día, los consumidores se están convirtiendo en productores o “compartidores”, merced a los nuevos medios digitales de interconexión.
Rifkin ha augurado además que, con el Internet de las cosas, esto cada vez irá a más; pues la computación ubicua está cada vez más entrelazada con nuestra vida cotidiana en la industria, el sector de los servicios, el transporte, la logística, la atención sanitaria, la vivienda, la educación y el tiempo libre, etc.
El "Internet de las cosas" nos permite gestionar enormes cantidades de datos, el llamado big data. "Con la colocación de sensores en múltiples puntos de nuestras infraestructuras podemos monitorizar un gran número de datos e información. Si seguimos así, dentro de pocos años tendremos una conectividad global. Este cerebro externo nos permite gestionar el big data, lo que supone un cambio de paradigma. La economía colaborativa y de coste marginal cero es la nueva economía que convivirá en los próximos años con el capitalismo de la Segunda Revolución Industrial", explicó en su conferencia el economista.